Historía del Tarot
Es difícil estudiar los orígenes del tarot debido a la escasez de documentos que la historia nos ha legado. Además frente a las pocas barajas que se conservan, la mayoría incompletas, nunca se tiene la certeza de si se trata de la original o de una copia posterior.
La mayoría de historiadores y estudiosos, como Stuart Kaplan, Decker Ronald, Depaulis Thierry, y Michael Dummett, coinciden en que las cartas del tarot se inventaron en algún momento entre mediados y finales del 1400.
El tarot ha sido desde sus orígenes un fértil campo artístico. De hecho algunas barajas como la de los Visconti-Sforza tienen hoy un valor incalculable. Aún así ni la historia del Arte ni la historia en general han prestado demasiada atención a este fenómeno cultural.
La estructura del tarot se simplificó con el tiempo hasta derivar en las barajas de juego actuales, que han reducido su tamaño eliminando también los arcanos mayores.
Pero su característica intrínseca, lo que la diferencia del resto de barajas, es el lenguaje de símbolos, estás imágenes que concentran de manera universal los conocimientos de la humanidad y las grandes cuestiones sobre su existencia.
Siglo XV.
Precisamente la primera mención histórica que tenemos del tarot es para condenarlo. Nos remontamos al 1377, siglo XIV, a una prohibición del padre Johannes de jugar a los naipes donde menciona seis tipos distintos de barajas, una de ellas de 78 cartas, justo el número que compila el tarot.
Pero es en los Sermones de Ludo Cum Aliis, manuscrito anónimo de un dominicano a finales del siglo XV, donde encontramos el primer documento conocido que enumera una serie de cartas muy parecida a la que hoy conocemos como Arcanos mayores.